El suceso que os voy a relatar ocurrió hace ya algún tiempo. Hasta ahora no había tenido valor de contarlo pero ha de ver la luz, pues ningún delito por pequeño que sea debería caer en el olvido ni ningún desalmado de tal índole debería salir indemne.
Cuando desperté, pensé que el día transcurriría con normalidad, como cualquier otro, sin nada especial que lo diferenciase del resto. Nada más lejos de la realidad, no tenía ni idea de lo macabro que a veces puede presentarse el destino…
Con todo preparado para afrontar la rutina diaria y tras un apresurado desayuno, abro la puerta y fue en ese preciso instante cuando comenzó la pesadilla; miro al suelo y nuestro felpudo de los 101 dálmatas… ¡había desaparecido! A lo largo de la mañana, a duras penas lograba mantener la concentración en mi lugar de trabajo, así decidí llamar a mi esposa. En ocasiones tendía a practicar trucos de magia mediante los que hacía desaparecer objetos que habían comenzado a cansar su vista, así que sin más preámbulos le pregunté si estaba detrás de aquel horrible suceso:
- No cariño, la verdad es que yo también me sorprendí bastante cuando salí y observé que no estaba…
Como no tenía coartada para la hora y lugar de los hechos pasó a ocupar la candidata número uno el mi lista de sospechosos. Aunque con el tiempo he descubierto que ella nunca pudo estar detrás, ya que la esterilla que compró para sustituir a la protagonista de nuestro relato ¡es todavía de más mal gusto!
Había un curioso caso que resolver y no había tiempo que perder, así que nada más finalizar mi jornada me dirigí a casa y comencé a interrogar a los posibles testigos; mis vecinos. Pero nadie parecía había visto nada, era como si de repente se lo hubiese tragado la tierra:
- ¿Has preguntado a la señora de la limpieza? – decían unos.
- Quizás se la haya llevado algún crío… – opinaban otros…
- Lo más seguro es que se trate de alguna banda organizada. En breve recibirás una llamada reclamando un importe por el rescate. – Esto último quizás lo soñase…
Los días trascurrieron y las pesquisas no dieron fruto alguno por lo que el caso fue archivado. Hasta este momento en el que finalmente me he decidido escribir sobre el asunto y ha ocurrido algo que cambiará para siempre el cauce de esta investigación. Mira por donde, resulta que recopilando imágenes para ilustrar este artículo, pongo en el buscador de Google “felpudo 101 dálmatas” y me aparecen varios anuncios de ¡venta de felpudos de los 101 dálmatas de segunda mano! (puedes comprobarlo por ti mismo) en los cuales reza:
“felpudo muy bonito, no se ha usado jamás.”
¿Se piensan que nos chupamos el dedo o qué? La tercera opinión de mis vecinos (quizás no la soñase…) ha pasado ahora a ser la más probable con la variante de que no se trataría de secuestro si no de “trata de esterillas”.
Así que ¡muchísimo ojo! Si alguien trata de venderte una esterilla con un aspecto similar al siguiente (similar porque el de la foto no es el original si no un retrato robot creado por mi con PhotoShop):
¡Tu o tus felpudo o felpudos podríais estar corriendo un grave peligro!
Yo la verdad es que estoy preocupadísimo porque lo he contado todo y joder… ¡saben donde vivo!
A pesar de todo:
¿Crees que sería muy osado contactar con el anunciante y solicitar que me enviase una fotografía?
¿Crees que debería denunciar los hechos acontecidos en comisaría?
¿Quién escondía lo barrido debajo del felpudo?
Pero sobre todo, ¿crees que volverá la peseta?
El título está basado en el del libro “El curioso incidente del perro a medianoche” de Mark Haddon.
10 comentarios:
jajaja, hay que ver lo chungo que puede ser el sub-mundo del felpudo jejeje
¡Ya ves Antonio!
Estoy pensando en poner un par de guardaespaldas. Al nuevo felpudo. ;-)
¡Un abrazo!
genial!!!!!!!!!! beso grande!!!
¡Jaja, Virginia!
Creo que te reíste, me alegra de veras :-D
¡Enorme de vuelta!
jajaja No quiero ser alarmista pero creo que lo han desguazado y lo están vendiendo por piezas :P
Saludos!
Yo, por si las moscas, acabo de pegar al suelo mi "Bienvenido a la república independiente de mi casa" con locktite... ya verás cuando se entere la de la limpieza.
Ten cuidado no te den gato por 101 dálmatas :)
¡David!
Desde luego, ¡que poca sensibilidad que tienes! Yo aquí sufriendo... ;-)
¡Un abrazo!
Hola Javier,
Lo del Locktite no es mala idea, pero no quiero interferir en el trabajo del servicio de limpieza... bueno, hay que decir que esto último es una broma, hacen un trabajo extraordinario... (más que nada por si llegan a leer esto algún día. Nunca se sabe, incluso podrían estar implicados...)
Además he optado por el recurso fácil. Al nuevo le he puesto un chip localizador...
¡Saludos!
Jajaja!Anda q cosas te pasan! jajaja! llevo tal desmadre está semana q no había leído tu post... no estés preocupado por el felpudo lo mismo lo adopta alguna familia q lo cuida bien o igual se ha fugado con otro felpudo... jijijjii!
Por cierto el titulo del post me recuerda mucho a cierto q libro q le hice comprar a mi padre para un cumpleaños mio sin saber el titulo y solo diciendole q tenia un coche rojo en la portada y era algo de un incidente de un perro :P (El curioso incidente del perro a media noche) Gran libro por cierto!
Un besazo!
¡Hola Yo misma!
¿Desmadre dices? Este comentario ya comienza un poco raro de por si... me explico, te saludo y parece que esté hablando con mi yo femenino interior oculto XD
En cuanto al paradero de mi felpudo, entiendo que pudiese haber marchado sin más pues en mi casa no hicimos más que pisotearlo día tras día. De ser así sólo espero que no nos guarde resentimiento y que envíe fotos de sus felpudines, jaja.
Fuera de bromas, el libro del que hablamos es realmente genial y desde ya recomiendo a cualquiera que se deje caer por aquí que se haga con un ejemplar y nos lo cuente.
Gracias por tu visita :-)
¡Besos!
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